Se han adoptado o propuesto e instituido diversas medidas para frenar los efectos de la contaminación atmosférica. Resolver el problema de la contaminación atmosférica requiere un esfuerzo conjunto y toma diferentes formas de una región a otra. Por ejemplo, requiere principalmente un cambio de comportamiento y la institucionalización de medidas que pueden mejorar considerablemente la situación a corto y largo plazo. Normalmente, las soluciones a la contaminación del aire se han centrado en establecer una combinación de soluciones tecnológicas, reglamentos y políticas, y en fomentar el cambio de comportamiento.
Veamos algunas de las soluciones efectivas a la contaminación del aire.
1. Limpieza de chimeneas y tubos de escape
Las principales fuentes de contaminación del aire son las centrales eléctricas, las fábricas y los vehículos. Emiten constantemente humos y residuos gaseosos a la atmósfera. En las centrales eléctricas y las industrias manufactureras, los precipitadores electrostáticos de humo que utilizan electricidad estática para atrapar el hollín y el polvo de los residuos gaseosos que salen de las chimeneas son una importante medida de limpieza tecnológica que puede utilizarse para controlar la contaminación del aire.
La desulfuración de gases de combustión (FGD), comúnmente conocida como depuración, es también otra forma de proporcionar una solución técnica a las emisiones de óxido de azufre. El fregado es un proceso que elimina químicamente los gases de óxido de azufre que salen de las chimeneas. Los planes de energía también se pueden adaptar con tecnologías de captura de carbono que atrapan el dióxido de carbono emitido.
Los vehículos con motores de gasolina están equipados con convertidores catalíticos en el tubo de escape para reducir las emisiones de gases de escape. Las constantes mejoras a la gasolina que quema menos contaminantes y la producción de automóviles más eficientes energéticamente han sido una estrategia adicional para reducir las emisiones de los vehículos. Todos estos procesos y métodos se denominan estrategias de reducción de emisiones.
2. Leyes y reglamentos
Algunas políticas nacionales y estatales o internacionales pueden utilizarse para controlar la contaminación del aire. La legislación y los reglamentos siempre ofrecen una medida fantástica para hacer frente a la amenaza de la contaminación atmosférica. Muchas ciudades y países que antes estaban muy contaminados han conseguido aire limpio gracias a la institucionalización de leyes contra la contaminación.
En Inglaterra, por ejemplo, tras la tragedia del smog de 1952 que se cobró miles de vidas en Londres, el gobierno lanzó su Ley de Aire Limpio de 1956 que puso límites a la quema de carbón y exigió a las industrias que construyeran más chimeneas. En los Estados Unidos, se han aprobado una serie de leyes de aire limpio para frenar la contaminación del aire.
La cooperación internacional y organizaciones como la Unión Europea (UE), las Naciones Unidas (ONU) y los programas ambientales también han elaborado leyes y directivas para reducir la contaminación del aire. Los ejemplos incluyen las Leyes de Aire Limpio de la Agencia de Protección Ambiental (EPA). También pueden emprenderse una serie de estados y acciones o políticas de gobierno para reducir las emisiones. Los protocolos y normas de control de calidad del aire, como la instalación de dispositivos de control de la contaminación o la compra de derechos de emisión, pueden utilizarse eficazmente como estrategias de ejecución para reducir los efectos adversos de la contaminación atmosférica.
3. Uso de Fuentes de Energía Renovables o Verdes
Los combustibles fósiles y el carbón son los principales contribuyentes a la contaminación atmosférica. Por lo tanto, optar por fuentes de energía alternativas o renovables para producir energía presenta una solución práctica a la contaminación del aire. Las fuentes de energía alternativas incluyen la energía eólica, la energía geotérmica, la energía solar y la energía hidroeléctrica. Si la gente puede aprovechar una variedad de estas fuentes de energía en lugar de depender de los combustibles fósiles o de la energía del carbón, la contaminación del aire puede reducirse más del triple.
El gas natural, las pilas de combustible y las baterías también pueden sustituir el uso de combustibles fósiles como fuentes de energía más limpias. No obstante, es importante evaluar correctamente algunas de estas fuentes alternativas de energía porque además de sus beneficios, algunas de ellas tienen diferentes costos ambientales y económicos. Esencialmente, invertir más en fuentes de energía renovables y sostenibles reduce la contaminación y al mismo tiempo protege el futuro.
4. Métodos de prevención a nivel individual
A nivel individual se pueden utilizar múltiples formas para reducir o prevenir la contaminación del aire. Ante todo, las personas que conocen las causas y los efectos de la contaminación pueden alentar a sus familiares, amigos o colegas a utilizar el autobús, el tren o la bicicleta cuando se trasladan de un lugar a otro. Para distancias más cortas, es aún mejor caminar o andar en bicicleta. Al hacerlo, habrá menos vehículos en la carretera y, como tal, menos emisiones.
La conservación de la energía mediante el uso racional de la energía es también una medida individual viable para reducir la contaminación del aire. La lógica aquí es que se queman grandes cantidades de combustibles fósiles para producir la energía utilizada para cocinar, calentar o iluminar. En este sentido, el ahorro de energía reduce la contaminación del aire. Otra medida es la reutilización de algunos de los servicios de los que dependemos, como las bolsas de plástico, los papeles o las botellas, porque su producción genera mucha contaminación.
5. Sensibilización a través de campañas y promoción
En la medida en que se establecen leyes contra la contaminación y los avances tecnológicos apuntan progresivamente a minimizar la contaminación del aire, no es suficiente. La creación de conciencia es el factor número uno a considerar porque hará que la gente se dé cuenta y comprenda las fuentes y efectos de la contaminación del aire. A partir de este momento, facilita la adopción de iniciativas personales o colectivas para reducir la contaminación atmosférica.
Como ya se ha visto, se necesitan tragedias graves para que se produzcan, como la catástrofe de Chernobyl, para que se adopten medidas. No obstante, la sensibilización mediante campañas y actividades de promoción puede abordar de manera significativa estas situaciones desde el principio. Simplemente se puede hacer a través de un proceso educativo que ayuda a la gente a darse cuenta de las causas y efectos de la contaminación del aire. En cualquier caso, la gente contribuye a la contaminación del aire de múltiples maneras sin siquiera saberlo. Al crear conciencia, puede ayudar a minimizar las causas de la contaminación del aire.