Un club de baile típico, que toca música de media tres veces a la semana, consume la friolera de 150 veces más energía que el hogar promedio de cuatro personas en un año. En un intento de compensar este enorme gasto en energía, algunos clubes conscientes del medio ambiente han hecho progresos en la prestación de servicios ecológicos.
Estos incluyen urinarios sin agua, agua reciclada en los inodoros y bebidas orgánicas detrás de la barra. Sin embargo, ¿podrían ir un paso más allá y cosechar la energía producida por sus clientes para alimentar el partido?
Energía piezoeléctrica
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La idea se basa en el principio de la energía piezoeléctrica, que se deriva de movimientos mecánicos, como caminar, correr o bailar. Cuando se aplica presión, se produce una carga negativa y otra positiva (en los lados expandido y comprimido, respectivamente). Después de quitar la presión, se permite que una corriente eléctrica fluya a través de la superficie. Esta energía piezoeléctrica puede ser cosechada y utilizada para alimentar dispositivos a pequeña escala, como las bombillas LED.
De hecho, la idea ya se ha aplicado al calzado, con la esperanza de que la energía espigada pudiera desviarse hacia la transmisión de las coordenadas del usuario. Una aplicación de este tipo podría resultar especialmente útil en el caso de que un equipo de rescate fuera enviado a un edificio desconocido, por ejemplo.
El Piso de Danza Piezoeléctrico
En 2007, un par de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) fueron pioneros en un proyecto llamado «Crowd Farming» que proponía colocar pisos piezoeléctricos en espacios urbanos. El principio funcionaría exactamente igual que el zapato mencionado anteriormente, pero en su lugar cubriría toda la superficie del suelo, lo que significa que la energía colectiva producida por cada persona que pasara por encima de él podría ser espigada.
Aunque la idea no despegó del todo, es una propuesta interesante. Un equipo de estudiantes de la Universidad de Duke en Durham intentó llevar la idea al siguiente paso creando una$0027casa inteligente$0027 piezoeléctrica, pero finalmente fracasó debido a los costosos costos de instalación y a las insignificantes ganancias.
Sin embargo, algunos clubes de baile de todo el mundo se han lanzado a la idea y han intentado ponerla en práctica en sus pistas de baile. Uno de estos lugares es Surya en Londres, que abrió sus puertas en 2008 y que esperaba generar hasta un 60% de su energía total a partir de la danza. Aunque la idea no ha encendido el mundo en los siguientes siete años, es un enfoque interesante para el problema cada vez mayor de reemplazar los combustibles fósiles y cambiar a la energía renovable.
¿Pueden los Pisos de Baile Alimentar al Mundo?
Uno de los mayores problemas de esta tecnología es el hecho de que la energía piezoeléctrica es baja en amperios y alta en voltios, lo que significa que debe ser moderada por un regulador de voltios antes de poder ser utilizada. Los condensadores y los alambres sensibles hechos de platino también deben ser usados para almacenar la energía por cualquier período de tiempo, haciéndolo un proceso bastante caro e impráctico.
Por supuesto, esto no quiere decir que un día no podamos alimentar nuestros hogares con nuestros movimientos de baile… pero esto requerirá mucha más comprensión y dominio del concepto antes de que llegue ese día.