Aunque el cambio climático representa quizás el riesgo más importante al que se enfrenta nuestro planeta hoy en día, ha servido para unir a las personas. El histórico acuerdo alcanzado en las conversaciones de la cumbre climática de la COP21 celebrada el mes pasado en París es una prueba de ello, ya que reúne a 196 países con el objetivo común de evitar un aumento de 2°C en la temperatura mundial.
En particular, Francia y Sudáfrica aprovecharon la conferencia para estrechar los lazos entre los países mediante la firma de un acuerdo de cooperación. El acuerdo, que alienta el avance de las nuevas tecnologías con respecto a la industria de la energía nuclear, indica la intención de ambos países de compartir las conclusiones de sus respectivos expertos sobre el tema.
Un acuerdo continuo
El último contrato es una ampliación del que se inauguró en 1976 con motivo de la construcción de la primera y única central nuclear de Sudáfrica hasta la fecha, la central eléctrica de Koeberg. Fue firmado por el Dr. Rob Adam de la Asociación de la Industria Nuclear de Sudáfrica (NIASA) y Valèrie Faudon de la Sociedad Nuclear Francesa (SFEN) en las conversaciones de París.
“El hecho es que, gracias a la larga cooperación entre Francia y Sudáfrica, la energía nuclear es una solución industrial eficiente y baja en carbono, ya disponible en Sudáfrica”, explicó NIASA en un comunicado. “El desarrollo de la tecnología de la energía nuclear debe fomentarse si queremos alcanzar los objetivos climáticos. Por lo tanto, el Plan Nacional de Recursos Integrados para la Electricidad de Sudáfrica (IRP2010) planea para los próximos años nuevas energías renovables masivas, así como la construcción nuclear”.
Siguiendo el ejemplo francés
Francia ha sido durante mucho tiempo uno de los defensores más firmes de la energía nuclear en el mundo. Ya en los años setenta pusieron en marcha su programa nuclear y ahora cuentan con 58 reactores nucleares. Estos suministran alrededor del 75% de las necesidades de electricidad del país, y el 17% de esta cantidad proviene de fuentes nucleares recicladas.
En combinación con la energía hidroeléctrica, Francia puede reclamar que hasta un 90% de su energía está completamente libre de emisiones de carbono, una de las cifras más altas de Europa. Sudáfrica quiere aprender de este ejemplo revolucionando la forma en que producen energía.
En la actualidad, el país consume alrededor de 44 GW anuales (cifras de 2010), pero se espera que esta cifra se duplique con creces hasta casi 90 GW en 2030. Desde que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha estipulado que el 80% de toda la producción de energía debe generar bajas emisiones de carbono para 2050, Sudáfrica considera que la solución natural es la nuclear.
Otras soluciones para explorar
Ha llegado el momento de ir más allá de la simple medición y notificación del carbono y de adoptar medidas positivas para reducir las emisiones. Si bien la energía nuclear puede formar parte de la solución, no se debe depender únicamente de ella para sustituir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Las razones son múltiples.
En primer lugar, el uranio (aunque actualmente es abundante) es también un recurso finito, por lo que un cambio de combustibles fósiles sólo retrasaría lo inevitable. En segundo lugar, es posible que el uranio no emita carbono, pero sí genera una cantidad de residuos muy volátiles, que podrían tener consecuencias desastrosas si no se almacenan adecuadamente. Por último, los desastres de Chernobyl y Fukushima demuestran que esas catástrofes podrían ser causadas por circunstancias imprevistas, lo que hace de la energía nuclear una propuesta impredecible y potencialmente peligrosa.
Por lo tanto, también es necesaria la inversión en otras energías verdes. La energía renovable, el gas de los vertederos y la energía procedente de los residuos representan varias vías que vale la pena seguir para complementar la energía proporcionada por la energía nuclear, a fin de garantizar que evitamos las consecuencias más graves del cambio climático sin tener que poner todos nuestros huevos en una misma cesta.