El Impacto de la Energía Verde en el Sector Eléctrico Global
En las últimas décadas, el mundo ha aceptado en gran medida la realidad del cambio climático y los efectos nocivos de la quema de combustibles fósiles. Muchos han respondido presionando para que se alejen de las fuentes de energía tradicionales que son perjudiciales para el medio ambiente y abogando en su lugar por las energías renovables como la eólica y la solar. Esta iniciativa política ha dado lugar a un esfuerzo concertado tanto por parte de los particulares como de los gobiernos para invertir en energías renovables. Pero a medida que las industrias en torno a estas tecnologías “verdes” evolucionan, el cambio a las energías renovables no sólo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también es inteligente desde el punto de vista financiero.
La historia del mercado australiano de paneles solares demuestra la nueva realidad: las opciones de energía renovable benefician tanto a la factura de los servicios públicos como al medio ambiente. Antes de 2010, cuando los propietarios tenían pocos incentivos financieros para cambiar a fuentes de energía, los compradores de paneles solares estaban motivados en gran medida por preocupaciones ambientales. Pero ahora, según esta investigación, la mayoría de los australianos que compran paneles solares lo hacen porque quieren pagar menos por sus facturas de electricidad. Los motivos humanitarios ya no son necesarios para que la gente haga el cambio; ahora todo lo que se necesita son las opciones racionales del individuo interesado en una economía de mercado.
Esta misma tendencia está ocurriendo simultáneamente a escala global, a medida que las naciones y las industrias se dan cuenta de que “volverse ecológicos” no es sólo lo correcto, sino también una decisión económica inteligente. Desde que los científicos hablaron por primera vez de los peligrosos efectos de los combustibles fósiles, los gobiernos han tratado de reducir la producción de gases de efecto invernadero y han optado por la energía renovable. Los acuerdos internacionales como el Acuerdo de París, firmado en 2016 para establecer objetivos climáticos para la mayoría de los países, siguen siendo un factor importante para presionar a los gobiernos a hacer cambios, pero los factores económicos significan que muchos países están empezando a ver que las energías renovables también son de su propio interés.
En la actualidad, las energías renovables siguen representando una pequeña parte de la producción total de energía a nivel mundial. La energía solar y eólica sólo se combinan para proporcionar menos del ocho por ciento del total de la electricidad generada. Los combustibles fósiles tradicionales siguen dominando el sector energético mundial. Pero mientras que los cambios están llegando lentamente, están llegando y se espera que aumenten en los próximos años. En 2016 se registró un aumento del 16 por ciento en el crecimiento de la generación de energía renovable.
Algunos países están liderando el camino con cambios aún más drásticos hacia la energía renovable. En Dinamarca, un increíble cincuenta y nueve por ciento de la energía eléctrica proviene de fuentes renovables. Esta cifra es sólo del 26% en Alemania, pero el hecho de que un país con una economía tan grande haya hecho progresos tan significativos demuestra una tendencia positiva. China y los Estados Unidos también están aumentando su producción de energía renovable.
Esta tendencia se debe tanto a razones económicas como medioambientales. A medida que las poblaciones y las economías crecen, el consumo de energía en general está aumentando rápidamente en todo el mundo. Las energías renovables ofrecen a los gobiernos otra forma de satisfacer estas crecientes demandas.
A medida que los Estados y los individuos se vuelcan hacia la energía renovable, las nuevas tecnologías los hacen más eficientes y cada vez más rentables. Dentro de la industria energética, muchos expertos prevén un sistema de “red inteligente”, en el que un sistema digital mejora la seguridad y la eficiencia de la transmisión y distribución de energía renovable. Esta red permitiría a los países y a los organismos internacionales integrar diversos tipos de energía en un sistema unificado que sirviera mejor a sus poblaciones.
Estos avances tecnológicos en la industria están ayudando significativamente a reducir el coste de las energías renovables. Con empresas que compiten por contratos gubernamentales y desarrolladores que compiten por mejorar los diseños actuales, las piezas clave de la tecnología, como los molinos de viento, son cada año más baratas. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) estima que para 2020 las energías renovables costarán sistemáticamente menos que sus homólogas de combustibles fósiles. Esto significa que los gobiernos tendrán múltiples incentivos para orientarse hacia la energía eólica y solar: el menor presupuesto y el menor crecimiento económico.
La ampliación de la industria de las energías renovables y la construcción de la infraestructura necesaria ofrecerán numerosos beneficios a las economías, sobre todo en forma de creación de empleo. La construcción de molinos de viento y paneles solares, así como el trabajo en la industria de los biocombustibles, que requiere mucha mano de obra, ofrece innumerables oportunidades de empleo.
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Los cambios en el sector energético mundial ya están aquí y sólo aumentarán en el futuro. La energía renovable seguirá cobrando importancia y, a medida que esto ocurra, cambiará significativamente la forma en que los seres humanos aprovechan y utilizan la energía en todo el mundo. Los combustibles fósiles van a ser cada vez menos importantes, especialmente a medida que los coches eléctricos se vuelven más frecuentes. Si bien el petróleo seguirá siendo vital en la aviación en las industrias navieras, ya no será el bien central en el comercio mundial de energía. Las transferencias de electricidad a través de las fronteras serán más importantes que los gasoductos y los petroleros. Los países capaces de generar su propia energía a partir de fuentes renovables ya no dependerán de las importaciones de combustibles fósiles.
El aumento de la producción de energía renovable también verá un aumento de la demanda de los minerales de tierras raras que ayudan en esa producción. China domina actualmente este sector, pero es probable que el cambio sea eminente a medida que la demanda aumenta y la oferta se hace más escasa.
Los cambios en la energía son abrumadoramente positivos y necesarios ante la inminente catástrofe ecológica. Sin embargo, no vienen sin ciertos desafíos y peligros potenciales. Muchos países dependen actualmente de las exportaciones de petróleo como fuerza motriz de sus economías. Si el petróleo deja de ser un producto tan solicitado, se verán obligados a diversificar drásticamente sus economías. A medida que esto suceda, es probable que sufran problemas económicos significativos. Las poblaciones de estos países se enfrentarán a graves dificultades, y es probable que las naciones sufran una inestabilidad política y social significativa.
Los minerales de tierras raras también tienen graves efectos secundarios negativos. Son extremadamente tóxicos y su extracción es muy perjudicial para el medio ambiente. La producción de mineral de tierras raras crea cantidades escandalosas de residuos ácidos. Si bien las energías renovables son la respuesta a la crisis del carbono, no se puede olvidar que la producción de energía “verde” tiene sus propios retos medioambientales.
El cambio a una red eléctrica basada en energías renovables también plantea desafíos en términos de seguridad. Cualquier sistema digital sería vulnerable a los ciberataques, y un ataque al sistema energético de cualquier país o región probablemente sería catastrófico. Los técnicos y expertos en seguridad deben trabajar diligentemente para asegurarse de que esto no ocurra.
Los líderes de la industria reconocen los retos y oportunidades que se avecinan. En la cumbre anual de la IRENA en Abu Dhabi este año, los miembros lanzaron la Comisión Global sobre la Geopolítica de la Transformación Energética. Pasarán un año analizando la variedad de efectos potenciales del cambiante panorama energético, desde el negocio del comercio de energía hasta las consecuencias políticas del cambio económico. La cumbre de la IRENA también brindó a los expertos la oportunidad de comentar la situación. El funcionario alemán Peter Fischer enfatizó la importancia del momento actual, diciendo: “El clima y la energía son cuestiones fundamentales cuando se trata de estabilidad y paz y creo que se están volviendo más importantes que antes”.
Lo que la energía “verde” ofrece más que cualquier otra cosa es una oportunidad única para mejorar la salud del planeta y, al mismo tiempo, hacer crecer las economías de todo el mundo. Desde los propietarios de viviendas australianos hasta los gobiernos nacionales, innumerables consumidores están viendo los beneficios de las energías renovables. Estos beneficios sólo se harán más evidentes en el futuro, a medida que la comunidad mundial dé un giro decisivo hacia el “ir hacia lo verde”.