Diversas causas de la contaminación agrícola

La contaminación agrícola se debe principalmente a las prácticas agrícolas. La agricultura moderna y las operaciones agrícolas contribuyen a la degradación y contaminación de nuestro medio ambiente, así como de los ecosistemas vecinos. Los fertilizantes, pesticidas, herbicidas, estiércol animal y otros agroquímicos son ricos en nutrientes químicos y sustancias tóxicas, que a menudo son las principales fuentes de contaminación agrícola.

El uso excesivo de estos productos puede afectar la calidad del agua cuando llueve, y los suelos y el agua contaminados son arrastrados a las aguas adyacentes o filtrados a las aguas subterráneas. Los productos químicos también pueden ser absorbidos por las plantas, que luego son consumidos por los animales y los seres humanos, lo que resulta terriblemente perjudicial para la salud humana y animal.

La contaminación agrícola proviene de una variedad de fuentes debido a su complejidad. Sin embargo, las principales fuentes incluyen:

  1. Lixiviación de pesticidas, herbicidas y otros agroquímicos

Los herbicidas y pesticidas, entre otros agroquímicos, son las causas principales de la contaminación agrícola debido al número de plagas, malezas y enfermedades invasoras. Son altamente tóxicos y tienen el potencial de permanecer en el medio ambiente durante mucho tiempo.

Cuando llueve, el agua interactúa con estos productos químicos tóxicos que luego se filtran a las fuentes de agua subterránea o son arrastrados a los cursos de agua cercanos. En consecuencia, los productos químicos contaminan las aguas y los suelos, y los microorganismos del suelo y los insectos benéficos son eliminados. Las personas y los animales también se ven afectados cuando inhalan o consumen indirectamente los agroquímicos.

  1. Exceso de nutrientes

Por mucho que el estiércol animal y los fertilizantes no sean directamente tóxicos, generalmente contienen nutrientes químicos en exceso, especialmente fósforo y nitrógeno. Constituyen las principales causas de contaminación por nutrientes procedentes de la agricultura. El exceso de nutrientes puede tener consecuencias trágicas en la calidad del agua y la supervivencia de la vida acuática.

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Cuando estos nutrientes se lavan en los sistemas de agua, por ejemplo, ríos, lagos, arroyos u océanos durante los períodos de lluvia, se alteran los ciclos de nutrientes marinos y de agua dulce y, como resultado, la composición por especies de los ecosistemas respectivos. La consecuencia más común es la eutrofización, que agota el oxígeno disuelto en el agua y, en consecuencia, puede matar a los peces y a otras formas de vida acuática.

  1. Contaminantes orgánicos

El estiércol y los biosólidos suelen contener nutrientes como nitrógeno, carbono, fósforo y nitrógeno. Además, debido a que son procesados industrialmente, también pueden contener contaminantes como los productos para el cuidado personal (PPCP) y los productos farmacéuticos. Estos productos se han encontrado en cuerpos humanos y animales y se cree que tienen impactos negativos en la salud de la vida silvestre, los animales y los seres humanos. La contaminación agrícola se vuelve aún más difícil de manejar con este tipo de contaminantes orgánicos.

  1. Ganado

La ganadería por sí sola contribuye en gran medida a la contaminación agrícola. Los alimentos y las dietas antinaturales que se administran al ganado son fuentes importantes de gases de efecto invernadero y nutrientes procedentes de los residuos excretores. Los compuestos a base de nitrógeno, como el nitrógeno y el amoníaco, son fuentes potenciales de emisiones gaseosas. Cuando el amoníaco se deposita en grandes cantidades en las aguas superficiales, puede dañar la vida acuática.

  1. Metales pesados

Los principales insumos agrícolas, incluidos los plaguicidas, los desechos de subproductos industriales, algunos fertilizantes y productos agroquímicos específicos, contienen trazas de metales pesados como el arsénico, el cadmio, el mercurio y el plomo. Cuando estas sustancias se acumulan en el suelo o en el vertedero de residuos, se pueden lavar en las vías fluviales o filtrarse en las fuentes de agua subterráneas o ser absorbidas por las plantas, y finalmente son consumidas por los animales y los seres humanos, afectando a su salud o incluso causando muertes prematuras. Los metales pesados pueden causar pérdidas en las cosechas y envenenar al ganado con agua o alimentos contaminados.

  1. Erosión y sedimentación del suelo

Las operaciones agrícolas intensivas contribuyen en gran medida a la erosión del suelo y a la sedimentación. A través de las operaciones agrícolas, millones de suelos fértiles se descomponen, degradan y erosionan a través de escorrentías de aguas pluviales que terminan acumulándose como sedimentos en ríos, arroyos, lagos, océanos u otras regiones terrestres. Por lo tanto, afecta la calidad del agua de varias maneras, por ejemplo, ensuciándola o contaminándola con los residuos de agroquímicos presentes en los suelos.

La sedimentación también puede restringir la penetración de la luz en el agua, afectando así a las formas de vida acuática, y la consiguiente turbidez puede dificultar los hábitos alimenticios de los peces acuáticos. La sedimentación también contribuye a la acumulación de contaminantes agrícolas en las vías fluviales y otras zonas terrestres.

  1. Plagas, malezas y enfermedades invasivas

Las plagas, malezas y enfermedades invasivas no causan directamente la contaminación agrícola. Sin embargo, debido al número persistente y creciente de plagas, malezas y enfermedades que pueden afectar negativamente el rendimiento de los cultivos, los agricultores recurren al uso persistente de pesticidas, herbicidas y otros agroquímicos para combatir esta pesadilla. Como resultado, el aumento en el uso de estos productos químicos persiste en la destrucción de los suelos, animales, plantas, aguas y vida silvestre debido a las complejidades de la contaminación agrícola y, en consecuencia, altera gradualmente el ecosistema.

  1. Emisiones de óxido y labranza en la finca

La labranza agrícola y otras operaciones a veces implican operaciones mecánicas como el uso de tractores y cosechadoras entre otras máquinas agrícolas que queman combustible fósil liberando emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Además, los procesos bioquímicos del suelo emiten naturalmente numerosos tipos de gases de efecto invernadero. Además, el riego está asociado con la acumulación de selenio (Se) que ocurre naturalmente en el suelo. En conjunto, estos factores resultan en contaminación agrícola y dependiendo de los niveles de concentración pueden ser dañinos para los seres humanos, la vida silvestre, las plantas y los animales.

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